(Estas cartas las han solicitado de los hospitales, con lo que se
entiende que algún sanitario (por el móvil o en papel) las leerá al ingresado y
al hacerlo, dirá su NOMBRE)-
Hola buen día
amig@ (NOMBRE):
Me acaban
de pasar las fotos de los nietos de un amigo y luego un vídeo. Están precios,
solo echan de menos no poder darle un beso, porque están en cuarentena.
¿Tienes nietos
tu? ¿Dónde siguen tus hijos el confinamiento? Es seguro que se acuerdan mucho
de ti. Bueno, tanto como tú de ellos, por lo menos.
Cierto
que ya hemos pasado bastantes días del "estado de alarma", y falta ya
menos para que el aislamiento acabe y podamos volver poco a poco a la
normalidad.
Aunque se
comprenda, y todos nos estemos esforzando para "no propagar el virus",
los días pasan y las horas a veces se hacen un poco cuesta arriba.
Gracias a
Dios, la rutina en el hospital, se interrumpe, cuando llegan los "ángeles
de las batas". El color de la bata importa menos que la sonrisa con que
entran y diciendo tu nombre te preguntan ¿cómo sigues? Luego te cogen la mano,
la aprietan, y es como si trajeran en sus dedos todo el cariño de los tuyos, y
todo el calor de la Humanidad.
Esos momentos, en que ellos te acompañan, te
aprovechan tanto como la comida y la
medicina juntas. Cuando salen por la
puerta, dejan una sensación de paz en el alma.
Lo sé, porque, algun@s que se han curado, se despiden de los médicos y
enfermeras aplaudiendo agradecidos y con
el cariño de haber representado a tu familia.
Y, gracias
a ellos, que han deseado que te escriban, yo mismo puedo acercarme a tu
habitación, y darte un abrazo virtual, pero de corazón y muy real.
Quiero
decir que yo soy otro amigo, que he dejado esta carta en el BUZÓN del Hospital
o en el Wasap para que te la puedan leer. (Ha sido un placer estar un momento
contigo. Ánimo y a poner de tu parte lo mejor, para poder encontrarnos en la
calle).
¡Ah!, perdona, me llamo
José Manuel Belmonte
José Manuel Belmonte
No hay comentarios:
Publicar un comentario