Desde siempre los seres vivos para obtener los recursos naturales, (agua, suelo, aire y biodiversidad) necesitan del medioambiente. Históricamente fue a partir de 1945 cuando comenzó a tomarse conciencia de la importancia de la Madre Tierra, hogar común de todos los seres vivo que aquí estamos. Había indicios y razones, pero no se había tomado conciencia global de esa realidad.
Para impulsar a que se adquiriera conciencia sobre la importancia
del medioambiente y la interdependencia de todos los seres vivos, se necesitaba
la presión social sobre los gobiernos, en la que participaron más de dos mil
universidades y diez mil escuelas de
primaria y secundara en EEUU.
Era necesario que se creara una Agencia de Protección Ambiental, pero no llegó hasta que tuvo lugar una manifestación el 22 de abril de 1970, promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson.
La Tierra, la Madre Tierra que compartimos, es clave. Todas las especies necesitan unas de otras para sobrevivir y, de una forma o de otra, se da una interdependencia.
Si bien es cierto que los humanos, colectivamente, tenemos formas específicas de ejercer las relaciones con el entorno, recreando o modificando ambientes que posibilitan el desarrollo de nuestro bienestar. Ese ejercicio libre, puede propiciar el progreso personal y cultural, pero de hecho tiene, aspectos negativos, que ponen en peligro la supervivencia de otras especies con las que interrelaciona, e incluso la propia especie humana.
Gracias a su inteligencia y al conocimiento del marco natural, el ser humano ha aprendido a aprovechar y transformar el medioambiente. El sistema de producción capitalista ha pasado de recolectar frutos de la naturaleza a sembrar y cosechar, -sirviéndose de los animales- a una agricultura industrializada. Con el avance de los conocimientos técnicos y científicos, ha podido adaptar la realidad a sus propias necesidades, a veces con peligro de destrucción medioambiental.
Como consecuencia de la febril e interesada actividad humana, la deforestación, la industrialización, la contaminación del agua, del aire y el calentamiento global han precipitado un cambio climático y una pérdida de biodiversidad. Actualmente todo eso se considera un cambio climático antropogénico.
La especie humana de forma más o menos consciente, pero arriesgada, puso al Planeta y todo cuanto en él se sustenta, en riesgo grave. Los sabios lo avisaron en el S. XX. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado ya 1988 para evaluaciones integrales, por los científicos y técnicos sobre el cambio climático, sus causas, y repercusiones.
1) Desde entonces, estábamos en prealerta medioambiental.
Además de las indicaciones del IPCC, era conocida la herramienta simbólica y metafórica, según Rachel Bronson, presidenta del Boletín de Científicos Atómicos, el Reloj del Apocalipsis refleja cuan cerca está el momento en el que la Tierra sea destruida, ya que muestra una situación peor que la de 1953, cuando marcó las 23:58:00 horas, en medio de la Guerra Fría, cuando soviéticos y estadounidenses hacían las primeras pruebas con armas termonucleares. Hoy estamos a solo 100 segundos de la media noche.
En nombre de la Convención para la Diversidad Biológica de la ONU, Ahmed Djoghlaf, alertaba en 2017: 1) "Que el informe elaborado por expertos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, revela que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera del Planeta se encuentra en un nivel nunca visto desde hace 650.000 años". 2) " Que se extinguen 150 especies animales al día, lo que se considera la mayor ola de pérdida biológica desde que desaparecieron los dinosaurios"; y que en un año desaparecen entre 18.000 y 55.000 especies". Y 3) "Que según el Dossier Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, elaborado por 1.300 científicos de 95 países: "la degradación progresiva de dos terceras partes de los ecosistemas tendrá consecuencias desastrosas para la humanidad en los próximos 50 años".
La semana pasada el citado IPCC añadió "que el calentamiento global podría alcanzar o superar los 1,5 °C" y los hielos polares se derriten. Pero casi nadie se ha dado cuenta, porque han llegado otros jinetes desbocados.
2) El Virus y Pandemias -medio mundo sin vacunar- y la Guerra en 2022. En este escenario bélico, es bueno acudir a quien ha vivido, ha visto y sabe.
Avram Noam Chomsky, filósofo, politólogo y activista estadounidense de origen judío, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que lleva advirtiendo hace más de 30 años, de las consecuencias ético-políticas de la naturaleza humana. Tiene 93 años y, ha dicho alto y claro, a EEUU y a quien quiera escucharle, "que Putin estaba siguiendo una deriva peligrosa". En una entrevista reciente, resalta el peligroso paralelismo nuclear entre la crisis de los misiles de Cuba y la invasión de Rusia a Ucrania. "Los paralelos son claros y siniestros. En ambos casos, una gran potencia alega preocupaciones de seguridad para justificar sus acciones. En ambos casos, la amenaza de una guerra nuclear es demasiado real. En 1962, un oficial de submarinos ruso, Vassily Archipov, decidió no autorizar el lanzamiento de misiles con ojivas nucleares cuando eran atacados por destructores estadounidenses. Si hubiera decidido lo contrario, probablemente habría escalado rápidamente a una calamidad indescriptible. Hoy, si Putin es arrinconado sin posibilidad de escape, lo que podría suceder, podría tomar la decisión que Archipov rechazó".
(https://www.elmostrador.cl/destacado/2022/03/12/entrevista-a-noam-chomsky-putin-cometio-una-agresion-criminal-y-se-pego-un-tiro-en-el-pie/)
De hecho, el 20 de abril de
2022, Rusia probó el "Satán 2", un misil armado con 10 Ojivas, que
según Putin puede alcanzar cualquier objetivo del Planeta y "podría matar
a millones de personas". No es una amenaza solo para Occidente, sino también
para el Planeta que habitamos.
Pese
a la devastación de Ucrania y los miles de muertos, el mundo libre ha sido
incapaz de dar una respuesta que pare la masacre. Han pasado 58 días de
invasión y hay 5 millones de desplazados. Pero, los líderes que ofrecerían
sanciones a Rusia, ahora ofrecen armas a Ucrania.
¿Esa es la forma civilizada de apagar el fuego o es la forma rápida de extinguirnos como especie? ¿Importan más los egos de Putin y demás políticos, que la Paz y todas las demás especies de la Tierra? A eso es a lo que hay que responder en el Día de la Tierra, porque como alguien dijo: "Nosotros no heredamos la Tierra de nuestros antepasados; la tomamos prestada de nuestros hijos" (añado por mi parte): "y de nuestros nietos".
¿Última esperanza?: El Secretario General de la ONU se reunirá el martes,26 de abril, con Putin en Moscú. Y si alguien puede hacer algo más, hágalo sin miedo, para que el Mundo no se pare ni se hiele la sangre.
José Manuel Belmonte
Buenas noches José Manuel, muy interesante tú artículo.
ResponderEliminarEn cuanto a nuestro Planeta desconocía las cifras tan elevadas de especies extinguidas, esto invita a la reflexión...
En cuanto a la ..."esperanza...me uno a ella.
Un abrazo.
MarinaPF.
Efectivamente es para pensar, Marina. Y, sumada a la esperanza, refuerza la tesis de que "es lo último que se pierde".
EliminarUn abrazo.
Pocas esperanzas y poca fe, tengo depositadas en todo aquello
ResponderEliminarinstitucional que tenga que ver con la salvaguarda de dos valores
imprescindibles a estas alturas de la historia: ecologismo
y paz mundial. Tengo más esperanza en
los diversos movimientos de jóvenes que se han inspirado y
puesto en marcha gracias a ejemplos como los de la niña
Greta Thumberg, que en todas las cumbres habidas y por haber que llevan
pomposos nombres como "Cumbre de la Tierra" y otros, en los que al
final se acaba discutiendo sobre la calidad de los canapés
del refrigerio de bienvenida. Me vienen a la memoria las frases de
proclama de un movimiento religioso conocido como la Fe
Bahá'í que se mueve bajo el marchamo de "Unidad
en Diversidad". Frases como "La Tierra es un solo
país y la humanidad son sus ciudadanos" O esta
otra hermosa figura poética del mismo profeta que alienta
ese grupo que dice: Somos el fruto, las hojas y las
ramas de un mismo árbol.
Este grupo, los bahá'ís
celebraron con gran algarabía el nacimiento de las Naciones
Unidas, porque veían en esa Institución el
reflejo de muchos de sus principios transmitidospor su profeta,
mensajero de Dios en sus creencias. Pero desde aquel 24 de octubre de
1945 poco después de las bombas sobre Japón y
hasta nuestros dias, ¿podríamos decir que ese
organismo ha cumplido con las espectativas para las cuales se
creó?
Me temo que no, mi apreciado amigo. Y la culpa no es de nadie mas que
de los ciudadanos de a pie, que ilusoriamente seguimos alimentado la
máquina del engaño, acudiendo a votar a personas
que nos representen sin cuestionarnos su valía ni su
merecimiento y solo por el hecho de que una maquinaria interesada los
ha propuesto como tales. Nos hemos acostumbrado tanto a vivir en el
engaño, que ya nos sentimos cómodos.
Y volviendo a los escritos de los bahá'ís. Uno de
ellos dice:
Oh
amigo! En el jardín de tu corazón no plantes sino
la rosa del amor, y no te desligues del ruiseñor del afecto
y del deseo. Atesora la compañía de los justos y
elude toda asociación con los impíos.
Más allá del mensaje religioso, yo me permito
interpretar que impios son aquellos que no son honestos y justos son
aquellos que cada vez más nos cuesta encontrar. Y esta es la
dinámica que hay que conseguir. Alejarnos de lo que es
impío.
La ultima esperanza —preguntas— Pues a mi no me
queda ni un ápice.
Si no cambia nada (y no sé como pueda ocurrir), tarde o
temprano, un loco, conocido o por conocer, pulsará
el botón y como siempre pagarán justos por
pecadores.
Ricard, nos dejas toda una filosofía y experiencia cultural y vital, impresionantes. No es que no creas o no te importen "los valores imprescindibles", es que" Naciones Unidas, desde aquel 24 de octubre de 1945 después de las bombas sobre Japón y hasta nuestros días, NO se puede decirse que haya cumplido con las expectativas para las cuales se creó". No ha creado leyes ni organismos que respalden su efectividad. Ni individualmente ni en conjunto, pueden imponer la paz mundial, pues las naciones que la integran, únicamente han intentado potenciar su poder con armas de mayor alcance y más sofisticadas. Ni las posibles sanciones consiguen algo más que empeorar la situación, que padecerán siempre los más débiles.
Eliminar"La última esperanza", aunque parezca una paradoja, si Dios no lo remedia, estará "tarde o temprano, en manos de un loco, conocido o por conocer".
Estamos asistiendo a tanta destrucción, tal carnicería y tanto dolor y falta de humanidad, que no sé como podemos seguir creyéndonos la "especie clave" -entre las existentes-, cuando ni las fieras son tan destructivas.
Emigrando, es decir, saliendo del Planeta actual, ¿seriamos capaces de sobrevivir?
Sin intentar faltar al respeto, ni a ti, ni a cualquier otro creyente que pueda estar leyéndonos: La figura antropomórfica que entendéis como Dios, jamás ha remediado nada, ni arreglará nada tampoco. Sus intervenciones solo están el la mente de aquellos que legítimamente habéis decidido creer en ese ente. Lo respeto, pero no lo comparto.
EliminarAsí que espero que surja alguna otra solución.
Estoy convencido, Ricard, de que como sabedor de "los miedos antropológicos y relacionables con el miedo al "alienígena" (o extraterrestre),-del que hablas en tus entradas- y que estando "interesado -como fotógrafo de profesión- en la fotografía impresionista, interpretativa y tangencial, además de la escritura, la historia y la astronomía", como bien dices, en algunas de tus entradas, no intentas faltar al respeto a las personas creyentes, por su antropomorfismo.
EliminarCreo que intentas responder a esta frase de mi comentario anterior: "La última esperanza", aunque parezca una paradoja, si Dios no lo remedia, estará "tarde o temprano, en manos de un loco, conocido o por conocer".
Atribuir, consciente o inconscientemente, formas o atributos relacionados con los humanos, a entes o poderes desconocidos, ha sido bastante habitual desde la antigüedad, tanto por los filósofos como por las religiones.
En general, el problema, como dijo Ortega y Gasset es "la doble naturaleza del ser humano". El ser humano no es un ser puramente material.
Así que, pensar de forma diferente no parece suficiente -me parece-, como para descalificar con una afirmación tan absoluta: "La figura antropomórfica que entendéis como Dios, jamás ha remediado nada, ni arreglará nada tampoco...Sus intervenciones solo están en la mente de aquellos que legítimamente habéis decidido creer en ese ente".
Eso no es una descalificación ni nada que se le parezca. El antropomorfismo de la deidad, es una característica de algunas religiones y como bien dices es habitual otorgarles conductas humanas. Me limito a decir lo que pienso al respecto, sin calificativos ni descalificativos. Pero si prefieres que no exprese, o exprese lo que no pienso; entonces te agradeceré que me lo digas.
ResponderEliminarDe inmediato, amigo Ricard, te respondo: ¡di lo que creas, expresa lo que sientas y sé libremente el pensador que eres! Respeto absolutamente la libertad, incluyendo todo: libertad de creencias y libertad de expresión, que nos engrandecen como humanos!
ResponderEliminarNo tengo más que decir, porque sabes, como yo, que nadie es más que nadie.
Un fuerte abrazo.
Pienso que la guerra es algo inherente a la humanidad, nadie puede acabar con ella, el hombre siempre codicia el poder, el poder sobre el otro. Pero lo que estamos haciendo con el planeta, eso es inconcebible, no entiendo por qué se mira hacia otro lado, cómo no se ponen en serio con este problema que de seguir así acabará con todos nosotros. Todo lo que se está haciendo desde las administraciones y gobiernos, pienso, que es para callar bocas, y así no se hace lo suficiente ni por asomo: se sigue permitiendo las talas indiscriminadas de bosques, las cacerías en Africa, la utilización de los plásticos... Ésto no se arregla porque a los gobernantes económicamente no les viene bien. Es lo que pienso.
ResponderEliminarSAludos.
La guerra y el poder son el fuego y el detonante que, sin control, arrasan con todo lo que se pone en su camino. La ambición sin unos principios éticos personales y colectivos y sin una autoridad capaz de controlarlos, no tiene límites.
EliminarTienes razón, en lo que dices de la contaminación, los plásticos y el deterioro de los ecosistemas.
No somos capaces de detenernos, pensar y ser capaces de cambiar. Y dices bien, a los gobernantes no les interesa. Así que estamos a merced de los virus y/o las bombas.
¡Qué pena!
Un abrazo, Manuela.