viernes, 29 de noviembre de 2019

A veces llegan cartas...

        A veces pasan cosas... que no te imaginas, que nunca te esperas. Lo digo por mí. Sé lo que digo, de ayer y de hoy. Nací en Sevilla el 21 de marzo de 1960.  Un día,-consciente o no-, tomé en mi retina y mis manos toda la luz sevillana del Guadalquivir, lo metimos en la maleta y me fui a Barcelona. ¡Quería ser actriz!

       Desde un pueblo de Gerona, abrí la ventana de los sueños. En 1977, con 17 años, me eligieron "Miss Cataluña". ¡Me asomé a la gloria! Por lo menos... ¡yo estaba en una nube!

       Un día al abrir el balcón, escuché cantar a Raphael, la famosa versión escrita de Manuel Alejandro: "A veces llegan cartas"; "Son cartas que te dicen/ que al estar tan lejos, todo es diferente". ¡No lo entendí entonces, aunque estaba lejos! ¿Por qué?
https://youtu.be/9DRTT5kzBoU

        Al año siguiente, con 18, llegué a Madrid, para rodar una película. Habían comenzado a llover contratos de cine, teatro, revista, y televisión. ¡Era un boom! Estaba encantada. Hasta 23 películas y la "antología de la Zarzuela". Me multiplicaba para rodar en los platós, vivir, divertirme.  Me sentía llena de vitalidad, de alegría y esperanza.

        Hoy, un día gris de noviembre 2019, he vuelto a visitar a Azucena. Tiene geranios rojos en la pequeña terraza de su habitación y una sonrisa que llena toda la cabecera de su cama. Está eufórica. Después de contarme todo eso, me repite...

- "A veces llegan cartas"...

-¿Quieres cantar?

- No, pero estoy muy contenta, porque he tenido carta. Una carta de avión. "A veces llegan cartas/ con olor a rosas, que sí son fantásticas".  (¡Cógela y léemela, por favor. Estoy emocionada! ¡Es mágica! Me ha devuelto a  mis 18 años!)

-¡Qué me dices!

- Estaba esperando que vinieras, porque tengo el corazón contento. Tu empieza a leer y lo verás.

 "7 de noviembre de 2019.
Querida Azucena: Te escribo esta carta desde una gran distancia, tanto física como temporal. Física porque te escribo desde Canadá, donde hoy vivo, y temporal porque tú y yo trabajamos en el mismo programa... hace ya casi cuarenta años.
Yo empecé a colaborar con José Antonio Plaza en su programa de TVE 625 líneas a finales de los 70. Tenía 17 años.(...). Me pasaba media semana en TVE de Prado del Rey. Un día a la semana rodábamos en los Estudios Roma, y es allí donde nuestros caminos se cruzaron...Aunque estoy seguro que no me recuerdas, de vez en cuando charlábamos del trabajo y de otras cosas. Aunque solo me llevabas un año y éramos bastante jóvenes, yo te veía como una chica madura...Me acuerdo que cuando te marchaste después del tercer programa, dejaste un agujero para algunos de nosotros. En octubre de aquel año 1980 yo me vine a Canadá para estudiar Derecho(...) Al no haberse inventado todavía Internet, me desconecté de lo que pasaba en España". (Debí poner una cara de asombro increíble, porque Azucena, preguntó):

-¿Qué te pasa? ¿No crees lo que dice?

- No tengo palabras..., te lo juro. Estoy asombrado. ¿Cómo es posible que esa carta haya tardado 40 años en llegar a tus manos?

-¡Qué va a tardar! Acabas de leer que fue escrita hace pocos días,  el día 7 de noviembre. Lo importante es que ha llegado...y me ha hecho muy feliz.

-Cierto, pero entre el ayer que cuenta y el hoy que vives, ha pasado...una vida.

La vida no pasa...se vive! Es cada momento. ¡Es espera! Como ha escrito Gala: "hasta el agua que nada espera, brota esperando alguna sed".

-¡Qué coincidencia! No vas a creer lo que te voy a contar, pero es real. Un amigo mío, Ernesto, publicaba el día 16 en su Blog una entrada sobre las cartas, que titulaba: Un día del ayer. Evocaba el momento en que "El cartero había traído correspondencia. Generalmente era una alegría recibir aquellas cartas. Abuelos, primos, amores, amigos....¡Aquellas cartas!… ¿Adónde fueron?… ¿Qué se las llevó?… ¿Volverán algún día?" (Terminaba preguntando. Y como si te hubiera visto a ti hoy mismo, respondía):"¡Sí! ¡Hoy han vuelto!… Apenas un instante… Cartas que tuvieron su razón de ser. ¡Que la tienen hoy!".

 -¡Qué bonito! Parece escrito para este momento. ¿No le pusiste algún comentario?

-Por supuesto que sí. Escribí textualmente: "Viví la espera y la dicha de las cartas, en España y en el extranjero...eran latidos de vida de seres muy queridos. Viajaban por el espacio, impulsadas por la fuerza del gran corazón del remitente. El cartero era un ser mágico... Agradezco el ayer, archivo muchas cartas. No sé si las volveré a leer, pero tienen el valor incalculable de "un tesoro".

- Esta carta lo es. Y te diré algo que nunca te he contado: poco después del accidente, el cartero traía con frecuencia a mi casa "dos sacas de correos", llenas de cartas, postales y mensajes. ¡Lo importante es la calidad, no la cantidad!

-¿Qué fue de ellas? ¿Podías leerlas?

-Me las tenía que leer mi hermano y, cuando empezaban a repetir que me animara, y cosas por el estilo...las echaba al cesto y pasaba a la siguiente. Entonces descubrí por experiencia, que  no siempre coinciden la buena intención con la sinceridad. Así que "verdaderas amistades" y "tesoros de correspondencia" no hay muchos. Tienen que superar la criba del tiempo y tal vez también del espacio.  Bueno, que me distraes y no has terminado de leerla.  Así que continúa, por favor.

"...Al no haberse inventado Internet, me desconecté de lo que pasaba en España. Hasta que hace unos días me encontré, por casualidad, un artículo sobre tu accidente. Me quedé helado. A pesar de haber pasado tantos años, no tenía ni idea. Me impactó mucho descubrir lo que te ha pasado. Y he estado pensando en ti desde entonces".

-Permíteme un inciso: tú ya sabes, que mi accidente, tuvo lugar en Madrid, en la  madrugada lluviosa del 15 al 16 de octubre de 1986, cuando volvía hacia casa con mi coche. Estaba en lo mejor de mi carrera y todo parecía augurarme un brillante porvenir. Había cumplido 26 primaveras. Pero allí, en la cuneta, terminó mi carrera. Desperté en el hospital y comenzó una larga noche oscura.  ¡Quedé tetrapléjica!

-Sí, sé que fue muy duro y lo es aún. Hemos hablado mucho de lo difícil que fueron los años primeros de tu nueva vida. Las operaciones, las ausencias, el cáncer de mama, la nueva operación, las 4 paredes y la soledad.  Hasta llegar a aceptar que todo tiene un por qué y un para qué. Nunca sabremos si el no llegar a tener lo que queremos es un golpe de suerte.

-Cierto, hasta que terminó mi rebelión y pacté con la muerte, que parecía perseguirme, para que me dejara en paz y yo no la llamaría. Han pasado desde entonces 33 años, totalmente dependiente. Estoy en el Centro de atención a personas con discapacidad física (CAMF) en Guadalajara.  Muchos días no me apetece mucho levantarme pero la gente es muy amable. Dicen que soy "el buzón de las quejas". Porque escucho a todos, y muchas veces no me traen más que quejas. Trato der ser positiva. Tengo bastantes amigos.
Te recuerdo que has escrito varias veces de mi y conoces a mi familia, pues... también hoy quiero que escribas, porque hoy mi corazón está de fiesta. Esa carta  de Tony me ha hecho recordar y revivir. Pero antes, por favor, termina de leer, que hoy me voy a levantar y brindar por la vida.

 (Concluyo, pues): "Al final he decidido escribirte estas líneas para decirte que me acuerdo de ti. Me acuerdo de tu juventud y de la alegría que llevabas encima. Esa fue una época muy especial que seguirá en mi memoria para siempre. Gracias por formar parte de ese recuerdo. Recibe un fuerte abrazo. Tony...".

- ¡Jolín, Azucena!, ¡A veces llegan cartas, que aunque hayan tardado, mereció la pena y lo resumen todo!  Cuando crees que lo has vivido casi todo, llega otra sorpresa. Los días más bellos te trajeron felicidad, los más duros te han proporcionado experiencia y profundidad, y entre unos y otros, te han traído hasta aquí, para brindar por la dicha de estar viva.  Tener amigos como Tony, tan lejos y tan cerca, sí es un regalo que desconocías.

- Cierto, ¡merece la pena! En cuanto me levanten, vamos a la Cafetería y pedimos un Cava o un Champagne. Cartas como esta no llegan todos los días. Te doy permiso para que lo publiques. A ver si la gente, pasa un poco del WhatsApp y del copia y paga. Yo no tengo WhatsApp porque no puedo usarlo. Hay mucha gente a quien una carta personal haría muy feliz, como a mí.  Así que mándale a Tony un abrazo con toda mi alma, que le llegue  a Canadá y al corazón. Dile que mis brazos no pueden llegar, pero podrán sostener su carta y su sentimiento, son un gran tesoro.  Me ha ayudado a recordar y me ayuda a sentir que estoy viva y a vivir. Le envío todo mi agradecimiento, con un beso.

OTROS ESCRITOS SOBRE AZUCENA:


ESPERANDO LA LUZ: 
http://belmontajo.blogspot.com.es/2016/10/azucena-hernandez-30-anos-despues.html
http://belmontajo.blogspot.com.es/2016/10/azucena-30-anos-despues-y-2.html

http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=32231
http://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=32322

http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/azucena-hern%C3%A1ndez-30-a%C3%B1os-despu%C3%A9s

http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/azucena-30-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-y-2

José Manuel Belmonte

10 comentarios:

  1. Jajaja ,que coincidencia , ayer por la noche , Laura y yo estuvimos viendo una peli de dibujos animados sobre la importancia del cartero , de la maestra que nos enseña a leer y a escribir , es para reflexionar un poco ...
    Un abrazo y un saludo a los que creemos que las redes sociales nos contaminan y dejamos de coger un boli y un papel , me encanta que ni hija me deje una nota diciendo : buenos días mamá, te quieto .

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    1. La peli de la maestra y el cartero, es un regalo fotográfico para el espectador. Lo importante son las coincidencias, Azucena y la carta de Tony, que una madre y su hija, descubran el agradecimiento de que alguien las enseñó a escribir, y sobre todo, la importancia de dejar un detalle del alma al alcance del cariño.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Mar Perlav:
    ¡Qué bonita historia real...! Me pone la piel... ¡una mujer valiente! Aceptarlo y seguir luchando... mi más sincera admiración.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Se puede imaginar... pero pocos llegan a saber lo que supone día a día con sus largas moches, de sacrificio y lucha contra la inmovilidad y los oscuros recovecos de la mente... La vida no enseña a ser valiente, sin tener a nadie que te ayude o sostenga tu mano o tu corazón ...te obliga a serlo. Así 24 horas, una semana, un año y otra vez a empezar, porque cuando crees que has aprendido algo, un pinzamiento, un dolor agudo en el costado, y sientes que te cuesta respirar y ni puedes volverte para un lado...
      Gracias Mar, por tu admiración. Se lo digo...
      Un abrazo.

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  3. Jose Manuel,me ha encantado el relato,que contenta Azucena con la carta de Toni.Yo se que Tu ves Azucena con frecuenciamdale un abrazo de Mi parte es una luchadora.

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    1. Gracias Pilar, le daré tu abrazo. Y para que te conozca le diré que tú también eres, diariamente, una incansable luchadora, que además es una artista, que pinta, hace patchwork, baila, canta, hace teatro y hasta se ríe de su sombra. Eso también tiene su mérito.
      Un abrazo.

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  4. Preciosa y emotiva carta, envíale un abrazo grande de mi parte José Manuel y todo mi cariño de persona.
    Un abrazo José Manuel.MarinaPF

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    1. Es verdad, Marinita, que la carta inesperada de Tony ha desatado una cascada de sentimientos, coincidencias y respuestas.
      Azucena ha leído entre líneas que nada fue en vano, ni sus 18 años y sus sueños, ni la espera de 40 años en los que la vida ayuda a reconocer y agradecer la dicha de estar viva, y recibir desde otro lado del mundo una carta, por la que quiere brindar y desea responder...¡Te recuerdo! ¡Estoy en otro escenario, pero llena de gratitud!
      Gracias a ti

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  5. Como todo lo que haces por los demás una historia más y siempre dando todo lo puedes.Azucena como te he dicho en alguna otra ocasión se merece más de una carta como la de la historia.Dale un beso de mi parte y tu recibe mi más cordial consideración.Domingo

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    1. Es verdad, Domingo, que Azucena se merecería más de una carta, como la que ha recibido del amigo canadiense. Pero siempre la vida encuentra libremente los momentos para acertar a sorprendernos. ¡También a ella!
      Le daré, cuando pueda - estos días no atraviesa por su mejor momento-, ese beso de tu parte. ¡Seguro que le hará bien!
      Los demás a su lado, tú lo sabes, somos a la vez espectadores y comparsa, porque ellos, -Azucena ay Tony, en este caso- son los protagonistas.
      Gracias de corazón.
      Un abrazo.

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