martes, 13 de octubre de 2009

PEOR QUE DISENTIR ES NO TENER CRITERIO



Se puede opinar de todo, no sólo de fútbol. Se puede disentir sin faltar al respeto. Se puede opinar y criticar cuando se tienen argumentos. Quienes llevan la contraria, no tienen por qué ser enemigos. Es posible que entre los que discuten y dan argumentos a favor o en contra, estén pensando, y construyendo. Eso es mejor que no tener criterio.
La falta de criterio, y el acatamiento ciego y sumiso, no es enriquecedor ni en la familia, ni en el trabajo ni en la sociedad. Nada se aprende del silencio de los corderos o del balido de los rebaños. De quien pregunta, o se pregunta, o debate y hasta rebate, se puede aprender. Es gente que piensa. Y quien piensa existe, que diría Descartes; equivocado o no, tenerlo en cuenta, no está muerto, goza de salud.
Todos deberíamos estar orgullosos de encontrarnos con gente así. También los políticos deberían fomentar que existieran esos ciudadanos. Debería haber muchos más foros de opinión, porque eso sería síntoma de salud; de salud mental; de salud ciudadana. Incluso de salud política. Pero muchos piensan que esto es un riesgo o un peligro. “La capacidad de disentir es parte de una sociedad sana; aquí la gente se toma las críticas como ataques personales”,decía Carola Moreno.
Y esto debería ser así en todas las escalas y esferas de la vida. Hay mucho más que el tiempo o el fútbol. Lo que pasa es que no se fomenta el diálogo, la controversia, etc, porque no interesa. Muchos piensan acallar a la gente “porque no está preparada”. ¿Pero quién la prepara?. ¿Quién la escucha?. Los gobernantes, no. La oposición, tampoco. Los políticos en general, tampoco, solo a los suyos, o sólo en tiempo de elecciones. Tampoco las confesiones religiosas hacen mucho más. No parece que en la familia haya mucha más comunicación y diálogo.

Se puede estar o no estar de acuerdo con el proyecto de ley del aborto que va a presentar el Gobierno, por mano de la ministra Aido. Pero es ahora, sí ahora, antes de que se apruebe, es tiempo de debatir. Tu opinión es importante hoy más que mañana. Hay muchas vidas en juego. Hay mucha humanidad en riesgo. Esto no es para indiferentes. Lo decía cantando Alberto Cortez, “ Y creen ser inocentes,/los indiferentes. ¿Será que son inocentes,/los indiferentes?. No pueden ser inocentes , los indiferentes”.
Porque la última palabra la tiene el Parlamento, la opinión de la calle debe oírse antes de que se pronuncie. Se puede intentar que los grupos parlamentarios o alguna de sus señorías cambie si el pueblo habla. Si no hacemos nada, se nos puede imponer una ley que no defienda la vida, que no proteja al ser que la mujer está gestando, y que no se apoye a la mujer embarazada. Y aunque no lo sepamos, podemos ser cómplices con nuestro silencio. Y cómplices no sólo de la ley, sino también de los crímenes del aborto.

Siempre es bueno opinar, pero siempre es mejor con argumentos. Como dice el Magistrado José Luis Requero, justificar un millón de abortos bajo el pretexto de que constituyen un riesgo para salud psíquica de la mujer, no es que sea una exageración. Es que no es verdad. Es cinismo absoluto. Y sobre todo es un fraude de ley.

Y en la nueva Ley de Plazos, ya no se intenta ni justificar el aborto o la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Se da por hecho que en los plazos previstos se pueda hacer sin más.
En este caso ya no se disiente. Se consiente, se acepta y a olvidar. ¡Vamos progresando!. Del padre de la criatura, ni caso. Que haya una criatura en la madre, distinta de ella...es posible... mejor no comerse el coco. Tu, firma, y “mañana todo ha pasado”.
¡Qué error!. ¡Qué aberración!. Según los testimonios de mujeres que lo han hecho...¡Toda la vida lo vas a recordar!. ¿Qué interés tendrían en mentir?.
¡Pues eso..! ¡Mejor informarse!.

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