domingo, 11 de octubre de 2009

A PROPÓSITO DE RAYAN

Sabemos casi todo lo que ha transcendido de la muerte de este pequeño sietemesino, en el Gregorio Marañón. Gracias a los prestigiosos médicos del citado hospital, tras 28 semanas de gestación, mediante una cesárea practicada a su madre, muy enferma de gripe A, pudo venir al mundo el bebé Rayan, con sólo 1.400 gramos.
Su madre Dalila fallecía al poco tiempo. Era la primera víctima en España de esta “pandemia”. Para su padre Mohamed Karmoon era la fuerza para luchar y para sobre ponerse al dolor de perder a su esposa. Pero víctima el mismo niño, esta vez de un error humano, falleció al poco tiempo. Era un “bebé prematuro” y una enfermera confundió la vía de administración de una fórmula láctea especifica para bebés prematuros.
Quiero en primer lugar unirme a su doble dolor de esposo y padre, ¡Son pérdidas irreparables! Es una tragedia. No me extraña que Mohamed haya afirmado que ahora“lo único que le importa es saber la verdad”. Sus allegados, con esa intención, han puesto el caso en manos de un bufete de abogados ceutí.
Sin intentar disculparlo, un error no puede empañar el bien ganado prestigio de la medicina española en general, y el de la enfermería en particular.
La cortesía política hizo que la Ministra Trinidad Jiménez se desplazara para dar personalmente el pésame al padre y a la abuela del niño. También el Consejero de la Comunidad de Madrid. Ha intervenido también el Defensor del Paciente, y el Defensor del Pueblo. El Rey de Marruecos también se ha apuntado a defender a su pequeño súbdito, y le ha enviado un avión para repatriar los restos del pequeño. Y en los medios un gran despliegue y mucha parafernalia.
El bebé ha tenido un ataúd blanco y una tumba junto a su madre. Sus familiares le han llorado, y les han llevado flores. Ha tenido el cariño de los suyos.
¿Pero se imaginan que la criatura, de 28 semanas no hubiera nacido?. Es un suponer, claro. Según la nueva ley del aborto podía haber muerto hace 2 meses y nadie nos hubiéramos enterado. Hay bebés con esas semanas de embarazo que no llegan a nacer. A su madre se le interrumpe el embarazo, es decir, abortan. Lo que era una promesa de vida y de ilusión, “muere”, es decir, le hacen morir. No nace y punto final.
Rayan, el malogrado Rayan, el bebé Rayan ha podido nacer y tener un nombre para siempre, y una madre y un padre y una tumba, y un recuerdo. Rayan y su madre son dos actos de una tragedia. Posiblemente dos errores. Pero la muerte de Rayan es una denuncia social contra algo o alguien que ha fallado. Pero un bebé muerto, también en una clínica, por aborto , no es siquiera un error, es menos que eso, es un ser que han hecho desaparecer de entre los vivos y de entre los muertos. Para estos casos no existen las formas, ni la cortesía porque prevalece la ideología y la hipocresía.
Con todo el dolor contenido, yo me hago sólo una pregunta: ¿Dónde estaría la Ministra de Sanidad y el Consejero de la Comunidad, el Defensor del Paciente, el Defensor del Pueblo, y el Rey de Marruecos si el feto de Dalila, hubiera terminado por “aborto”?. Acaban de sacar un comunicado diciendo que el aborto “es la seña de identidad del proyecto socialista”. Para qué nos vamos a engañar. Lo han escrito sin que nadie de la cara, como contestación al bebé Aido, de los sectores en defensa de la Vida. ¿ Dejando a parte el error, por qué no nos explican la diferencia de la muerte de Rayan, con siete meses, y las de “sus señas de identidad”?.
¿Quién da nombre a esos bebés muertos?. ¿Dónde reposan sus restos?. Son más de 300 cada día. No fueron queridos. Tenían también madre. Alguien debió ser su padre. Rayan, por un error murió fuera, tristemente, pero con honores. Los otros, por una decisión, mueren dentro del vientre y lo pierden todo al perder la vida. ¿Quién ha alzado la voz?. ¿Quién se ha conmovido con esa muerte?. Esas muertes no son espontáneas, no se producen porque sí, tienen una paternidad que muchos prefieren no asumir. ¡Pero hay que asumirla!.
Mientras, la sociedad civil no puede seguir callando y mirando hacia otro lado.
Por cierto, ¿no es Marruecos el país de dónde cada año salen miles de jóvenes en pateras, huyendo del hambre y de unas condiciones de vida lamentables?. ¿Se sabe siquiera los nombres de los que han perdido la vida en esa travesía?. Rayan volvió en avión.


PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 21 de julio de 2009

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