martes, 13 de octubre de 2009

QUIEBRA DE LA FAMILIA


Los padres de familia no son de quita y pon. LOS PADRES DE UNA MANOR NO DEJAN DE SERLO SI QUEDA EMBARAZADA. Ni dejan de ser padres, ni el embarazo de la hija les hace abdicar de su responsabilidad y su cariño.
Viene esto a cuento, porque la Ministra de Igualdad ha dicho que una menor puede abortar sin el consentimiento de sus padres. Es decir sin consultar a sus padres. O dicho de otro modo: una niña, que tras mantener una relación sexual, y quedarse embarazada, en lugar de acudir a su familia, es aconsejada por los poderes del estado, para que no se le ocurra decírselo a mamá. Mamá es tan mala y terrible que ni la puede entender, ni la puede aconsejar, ni la puede ayudar. Esa niña, con un pánico infinito, aturdida y desorientada, en lugar de poder refugiarse donde lo ha hecho siempre, queda en manos de papá estado, porque para abortar sí es responsable, si puede tomar decisiones, sí puede puentear a sus seres queridos. La razón es porque a lo mejor no coincide con el criterio de la niña.
Lo que hasta hora era una familia, se quiebra. En esta ley, los padres no pintamos nada. Por otra parte está la hija. La hija embarazada que es a la que la ley le dice que no se lo diga a mamá.
Ante semejante absurdo, a una madre se le retuercen las entrañas y por lo menos quiere saber. “Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres. Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto? Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hija adolescente? O es la ley del "no se lo digas a mamá porque no la necesitas". Señorita Aído, me gustaría saber si mi hija ha abortado sola. Porque soy su madre”. Mariló Montero, el día 21 de marzo en el Diario Sevilla).
Estas preguntas, humanas, comprensibles, de cualquier madre normal, van a quedar sin respuesta. Esa niña, si Dios quiere, saldrá adelante gracias a su familia, pero el estado y sus corifeos, pueden haberla dejado “tocada” para siempre. No olvidemos que las secuelas del aborto pueden durar muchos años.
Con toda la razón, una madre responsable, no puede aceptar algo que puede destruir a su familia. No puede aceptar que se juegue alegremente con la felicidad de su hija. ”El síndrome de aborto reúne quince síntomas psicológicos que van desde la angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores nocturnos, la depresión, los trastornos de alimentación o de la vida sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos de la Asociación de Víctimas del Aborto, incluso años después de haber abortado. Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra Aído, con una sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso, que una niña de dieciséis años está tan capacitada para abortar como para casarse”.
No se puede desorientar ni a la juventud, ni a la opinión pública. Hay que decir la verdad. “Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia”. No es una cuestión menor. Se trata de una hija. ¿Qué haría usted?.
PUBLICADO en LA TRIBUNA el día 23 de abril de 2009, en EL DIA el 23 de abril de 2009 y en EL HERALDO DEL HENARES el 24 de abril de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario