Los últimos acontecimientos tristes, el secuestro de 200 niñas por Boko Haram en Nigeria, la matanza de Paris Charli Hebdo, los 147 estudiantes de Kenia, los atentados de Irak y Siria, los de Libia, los apresamientos en España de 34 terroristas yihadistas, que estaban preparados para atentar, secuestrar y degollar a algún ciudadano para difundirlo en las Redes de Internet...así como la masacre de los 149 pasajeros del avión estrellado por el copiloto en los Alpes franceses...han hecho pensar en el lobo.
Muchos han repetido la frase de Plauto, que puso de moda Hobbes, "el hombre es un lobo para el hombre".
Me niego a suscribir esa frase. Los lobos, no odian a los suyos. No se vengan. Siempre ha habido luchas, pero ahora la venganza y el odio contra seres inocentes y desarmados, niños, mujeres, jóvenes estudiantes, fieles de una religión pacífica han sido secuestrados, y públicamente degollados o masacrados. Todo un genocidio del siglo XXI. Eso nada tiene que ver, con el lobo. ¿Qué tiene de estético el desplazamiento de significado entre dos términos?
Quienes tenemos animales o hemos visto su comportamiento directamente en la naturaleza, o reflejado en documentales o películas, no nos cabe en la cabeza que el lobo pueda perpetrar una carnicería de sus semejantes. Hay que negar esa metáfora absurda e injusta, en lo que se refiere al "lobo". No es así, ni solitario ni en manada. Ese noble animal, no es un monstruo.
Basta con recordar la película "Bailando con lobos" para saber que se puede vivir en libertad sin destruirse.
Estos días, se estrena "El Último Lobo". En muchos lugares el lobo es temido y reverenciado, sobre todo entre los pastores. Pero, el místico vínculo entre este animal y los pastores está a punto de romperse por decisión de acabar con todos los ejemplares de la zona. Intervienen, en la película, lobos auténticos, y como dice el crítico de cine, Ramón, en la película "Hay un (bonito) mensaje de respeto a la naturaleza",
En casi todas las regiones de España, el lobo tiene mala fama. La literatura y el lenguaje atestiguan que simplemente mentarlo, indica miedo. "Ver las orejas al lobo", "meterse en la boca del lobo", cuando alguien se mete en una situación comprometida o peligrosa.
Aquí, la mejor serie sobre la naturaleza, "El Hombre y la tierra" nos la dejó Felix Rodríguez de la Fuente y 100 profesionales más. En el capítulo "el Hombre y el lobo" nos demuestra que estos dos seres antagónicos pueden vivir libres y en armonía. Se han emitido en los 5 continentes y despertado la conciencia ecológica.
Ni siquiera, Félix Rubén García Sarmiento, más conocido como Rubén Darío lo describió como se merece en su poema "Los motivos del lobo". Rimó una fábula del "malo" (el lobo) y el "bueno" (Francisco de Asís) con una finalidad didáctica.
Pero después de leer, recitar o escuchar muchas veces el hermoso poema, algunos dicen que "es una reflexión sobre las razones profundas de la violencia callejera, de esos lobos urbanos que nuestra sociedad ha creado y desprecia tanto como teme".
Sin negar la violencia social, hay que sacar al lobo de esa imagen. El "lobo perverso" será siempre lobo, pero no perverso ni temible o indeseable.
En el poema, se le llama "el hermano lobo", pero se le califica ferozmente, como la "bestia temerosa, de sangre y de robo,/las fauces de furia, los ojos de mal". Pero sin pretenderlo, el lobo descubre lo que hay realmente en la sociedad hipócrita. "Me apalearon y me echaron fuera/ Y... me sentí lobo malo de repente;/mas siempre mejor que esa mala gente".
Destapa la doblez y la corrupción que reina en la sociedad. Y el hombre sabio de Asís lo entendió y reconoció: "En el hombre existe mala levadura./ Cuando nace viene con pecado. Es triste./ Mas el alma simple de la bestia es pura".
Ahí quería llegar, porque es una verdad comprobada. Un equipo de investigadores de la Universidad Azabu de Japón, ha comprobado que la mirada entre el can y el hombre dispara en ambos los niveles de oxitocina en el cerebro. Una hormona que produce relaciones de confianza, alegra el corazón y produce empatía. Puede querer más que nadie, ser fiele, siente la alegría o la tristeza de quien está a su lado, se alegra siempre de vernos y celebra el encuentro y los éxitos. Es más, perdona rápido y olvida las peores ofensas. Tiene, como los humanos, capacidad para moderar sus instintos. Y en casa, es uno más.
El santo descubrió que:" el alma simple de la bestia es pura". No se debe manchar ni con metáforas, ni con adjetivos que lo comparen con el mal.
Hay que, clarificar el lenguaje. El ladrón no es un "chorizo". Hay que llamar "terrorista" al que lo es; "psicópata" a quien tiene un trastorno anti social, "demente" o "trastornado", al que lo está; "enfermo", al que no se encuentra bien. Pero no, "lobos". ¡Qué más quisieran! Como depredador, puede matar para comer. Es normal. Quien actúa naturalmente según su naturaleza, ni es malo ni está loco. Y lo mejor es llamar a las cosas por su nombre.
Hace unos días, Javier Urra, cuando un menor de 13 años mató a un profesor e hirió a otros profesores y alumnos, dijo muy acertadamente: "No banalicemos el riesgo de imitación. Se trata de un niño, pero al que seguro algunos desequilibrios emocionales le han conducido a cometer un hecho terrible. Y es que no estamos educando en aceptar la frustración, en muscular el autodominio y crece el rencor y la venganza.
Cada día más alumnos se vuelven contra los profesores. Cada día más hijos agreden a sus padres. Es todo un síntoma de una patología social...debe encender las alarmas".
Tampoco debe llamarse "brote psicótico", cuando hay premeditación. Ni debe excusarse la maldad o la violencia, en la posible existencia de un hogar desestructurado. El mal está dentro. Muchos aspectos de la sociedad pueden envenenar la mente y fabricar monstruos. Y de la misma manera que no debemos menospreciar el daño, tampoco la corrección. Hay que asumir la responsabilidad para cambiar lo que está mal. El castigo es un aviso a navegantes. El escarmiento también educa. La impunidad no es un buen fermento para la regeneración, todo lo contrario. No se evita lo que se permite.
Se puede aprender de los animales. ¡También del lobo! ¡Ya nos gustaría ser sociables como el lobo o "ser civilizados como los animales"!
https://youtu.be/E_cyY1Wpb-U
"Determinar cuál es el animal más peligroso del mundo no es tarea fácil. En primer lugar, ¿qué significa ‘peligroso’? Si para ello tenemos en cuenta solamente el número de víctimas, quizás resulta que dicha especie animal se ha propagado mucho por la Tierra (y por tanto tiene más posibilidades de matar, no que sea necesariamente más letal). Otros aseguran irónicamente que el animal más peligroso del mundo es la especie humana"(Sergio Parra).
Así que "menos lobos". Porque cuando se teme o se odia a algo, es que esa imagen en nosotros es destructora. Con otras palabras, "cuando se teme a alguien le hemos concedido poder sobre nosotros" (Hesse).
Respetar, pero estar alerta y ser dueños de cada momento y descubrir la paradoja, "lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia". Los niños son un encanto, pero pueden ser crueles.
Ese es el camino para la vida en positivo. Erradicar el odio, la xenofobia, el racismo y la guerra. Es la base para la no discriminación y la posibilidad de la convivencia en un mundo más humano. La armonía de hombres y animales no es una utopía. Nos va el futuro en ello.
El amor es más fuerte que la violencia, el maltrato y el crimen o la guerra. Si vemos cada día imágenes terribles, de sangre y muerte, posiblemente no haya que echar la culpa al "lobo" y quedarnos tan tranquilos. Tal vez sea que "en el hombre existe mala levadura" y va creciendo.
Hay que cambiar. Lisa y llanamente: sobra egoísmo y falta, esencialmente, más amor. Sobran espinas, faltan rosas. Por activa o por pasiva, -o silencio cobarde-, somos cómplices. Y...nadie puede eludir la responsabilidad personal. Como dijo Amado Nervo "yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas. Cuando planté rosales, coseché siempre rosas" (En paz).
De que no se respete, no se eduque, no se plante empatía en el corazón humano, no tiene culpa el lobo. Si se siembra maldad, violencia verbal y física, desaparece de la mente la inocencia y la bondad. No puede extrañar que la locura y el mal aumenten. Aunque sigue siendo verdad, que hay más gente buena que mala.
Aclaración final: No he pretendido poner en plano de igualdad los derechos humanos y los del animal. He pretendido apartar al animal de la locura. Y...el lobo no es malo por ser lobo.
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES, Columna LA TANGENTE, 25-04-2015:
http://www.
BITACORA DE BELMONTE EN CIVICA, 04-05-2015: http://investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/los-motivos-del-loboy-de-los-otros