martes, 13 de febrero de 2024

La vida, tiempo de aprender, trasciende la existencia concreta.


Los años que tenemos no abarcan toda nuestra existencia. Nuestro cuerpo y alma pueden no estar juntos siempre. El camino hacia la inmortalidad puede no haber empezado el día que figura en nuestro DNI, aunque fuera el día que nuestros padres notificaron nuestro nacimiento en el Registro.

Si la vida trasciende al tiempo puede vivirse en un período más o menos largo. Puede vivirse en varios meses o en varios siglos. 

La vida es lo importante, no la edad histórica concreta. Cada uno podemos haber vivido una existencia anterior y ser la misma persona -antes y ahora, o vivir una vida en el futuro en un cuerpo distinto al actual. Puede ser distinto el color de la piel, el género y también el lugar o el país en que vivimos hoy. Puede cambiar también la relación familiar y afectiva. ¿Por qué no?

La vida es única y eterna, pero para progresar en la tierra suele hacerlo en un cuerpo temporal, que permite vivir y convivir. Puede estar aquí y ahora, para evolucionar. Y las personas que son importantes para nosotros en la vida actual, suelen estar cerca en vidas anteriores o futuras.

Además, la experiencia del día a día, nos dice que desde el nacimiento hasta la muerte –en la existencia actual- tenemos una vida interior, mental y dinámica, que intenta salir al exterior y se proyecta en todo.

La mente humana es compleja, un misterio. Ese órgano protegido por cráneo, y formado por 86 mil millones de neuronas es uno de nuestros grandes desconocidos. Puede dividirse en tres niveles: consciente, inconsciente y subconsciente. Ellos determinan nuestra existencia.

Siendo verdad lo expuesto, los profesionales, sobre todo médicos, psiquiatras, psicólogos y guías educativos, suelen advertir que “lo que hagamos en esta vida influirá sobre nuestras reencarnaciones a lo largo del camino de evolución hacia la inmortalidad”.

Lo que hacemos cada uno y todos, ha influido y sigue influyendo, individual y socialmente. Influirá y repercutirá en la transformación de una vida. Si la influencia es positiva, la empatía, la compasión, el altruismo etc., aportaran paz. Si es negativa, encontraremos más dificultad para afrontar problemas como el dolor, enfermedades, fobias, miedos, depresiones, etc.

La influencia (positiva o negativa) puede haberse producido en un período anterior de nuestra existencia actual, o repercutir en nuestra vida posterior, porque la vida en un cuerpo concreto, puede evolucionar.

Incluso poniendo atención, solo somos conscientes de una mínima parte de lo que somos y del estadio evolutivo en que nos encontramos.  Suelen compararlo a la imagen del iceberg.

El psicoanálisis define el subconsciente como la parte menos accesible de nuestra mente, donde se encuentran recuerdos. Esa parte sumergida es difícil de abarcar, ya que tiene mayor dimensión y no es visible.  Algo de ese interior puede manifestarse en los sueños, motivaciones, pasiones y miedos que no siempre controlamos.

Algunos profesionales de la medicina, según su especialidad para ayudar a algún paciente a mejorar o progresar, pueden emplear distintas técnicas o terapias, con las que el sujeto debe colaborar.

Hay casos en los que los especialistas suelen encontrar ciertas barreras, que pueden estar en el pasado o en el futuro. Las personas que buscan la ayuda profesional y su terapia, no siempre ven la dificultad para superarlas.

Un gran artista y profundo pensador, llamado Juan L. Trujillo, al que suelo leer en su Blog, escribió el 24 de enero, una recopilación de pensamientos cortos y profundos, que él llama “minucias”. Con su permiso, copio las 3 primeras, cargadas de lógica.

- Decía buscar la felicidad y, era incapaz de perdonar.

-En la consulta del médico, mientras esperas, acabas por contraer las enfermedades de los demás.

- ¿Por qué no, una campaña publicitaria contra la tristeza?

https://juanltrujillo.blogspot.com/2024/01/recoplilacion-de-minucias.html

Las personas que se encuentran en algún dilema al que no ven salida, suelen acudir a algún psicólogo o psiquiatra quien después de escucharlos pueden proponer una ayuda especial, bien hacia el pasado: regresión o hacia el futuro: progresión, a la que es inducido mediante la hipnosis.  Con la hipnosis el sujeto entra en un estado de gran potencial curativo, por el que accede a la mente subconsciente y puede percibir y comparar con su estado actual. En ese trance, el paciente no es solo espectador, es también crítico y puede acceder a lo que necesita para sanar, evolucionar y progresar.

 El prestigioso psiquiatra Brian Weiss, autor “Muchos cuerpos, una misma alma”, tras haber inducido a una persona a una regresión a su vida anterior, recordó que había temas recurrentes de (violencia, ira, dolor físico, malos tratos, etc.) que tenían paralelismo en la vida actual. Pero cada vida es una experiencia de aprendizaje y, no se puede aprender todo en una sola vida.

La enseñanza relevante de la regresión quedó reflejada en la nota que el facultativo tomó terminada la sesión y, luego hizo pública en el libro citado.

Ordené de forma cronológica las vidas anteriores: hombre en la Edad de Piedra, guerrero mongol, posadero en la Edad Media, esclava paralítica, gay japonés asesinado y, francés muerto en el campo de batalla”. Actualmente es un empresario cascarrabias que intenta controlarlo todo. Si encuentra algún fallo en la empresa o la familia, estalla de rabia o de ira.                   

Las experiencias vitales de un período pueden proseguir en la vida actual, a no ser que se acepte la necesidad de un cambio de actitud. No se trata de castigar, sino de aprender a no repetir o minorar, lo que le hace daño y a relacionarnos mejor con los demás y la naturaleza.

Afortunadamente el paciente lo logró gracias a la ayuda de intensas terapias, durante casi 2 años. “Cuando consideró todas esas existencias previas en conjunto, cayó en la cuenta de que su estilo de vida iba a acabar con él: bebía demasiado, tenía que controlar la tensión arterial, podría sufrir otro infarto y, debido a los ataques de ira, corría el riesgo de sufrir un derrame cerebral”.

Las personas importantes para él en la vida presente, han estado también en sus vidas anteriores, aunque con distinta relación familiar.

De algún modo, el alma, al encarnarse, elije a la familia.

Tal vez algo esa in fluencia personal y social, la intuyó la cantautora Violeta Parra, en su “Gracias a la vida”: “Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto”.

José Manuel Belmonte.



7 comentarios:

  1. Cantemos el "Gracias a la vida" y sigamos en ella.
    Abrazo.

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    1. Agradecer lo que tenemos, siempre es, Alfred, positivo y engloba: "el canto de ustedes es el mismo canto".
      Un fuerte abrazo.

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  2. Buenos días José Manuel, precioso e interesante artículo, por mi parte muy agradecida a la vida por disfrutar de lo que tengo y seguir en ella.
    Recibe un fuerte abrazo. Marina PF.

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    1. Conociendo los "pros" y "contras" por los que has transitado y, estar agradecida a la vida, es tener un corazón inmenso, para recibir la luz de cada día y ser capaz de repartirla. No has quedado defraudada. ¡Enhorabuena!
      Otro abrazo, Marina.

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  3. Muchísimas gracias José Manuel, un fuerte abrazo.Marina PF

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  4. Muy interesante reflexión José Manuel. El tema de la reencarnación es una salida interesante que cada uno aceptará según sus creencias personales, pero que en mi caso cada vez me siento más cercana a pensar y aceptar que es posible.
    Pienso que cuando dormimos y ese subconsciente se nos apodera, somos capaces de ingresar a esa puerta desconocida que nos puede conectar con nuestros seres que ya partieron y, con el recuerdo de esas vidas ya pasadas.
    Y, ¿sabes? ¡qué cosas tiene la vida!, que mi compatriota Violeta que fue capaz de escribir algo tan hermoso como un “Gracias a la vida” fue capaz de suicidarse. Los creadores son seres tan cargados de sufrimientos personales, es como si tuviesen que pagar con su vida el acercarse a la belleza de la creación.
    Abrazos

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    1. Gracias Tatiana, porque conoces de cerca la vida y la música, los amores correspondidos o no, las esculturas y el museo que los chilenos han erigido en su memoria.
      Posiblemente valoras acertadamente su creación artística, al intuir que “son seres tan cargados de sufrimientos personales, como si tuviesen que pagar con su vida el acercarse a la belleza de la creación”.
      Como Pablo Neruda, respeto el final de Violeta Parra «De cantar a lo humano y a lo divino, voluntariosa hiciste tu silencio, sin otra enfermedad que la tristeza».
      Y respecto al tema del “más allá” creo que cuando traspasemos “esa puerta desconocida” podremos conectar de alguna forma con los seres queridos que nos precedieron, pues estamos y estaremos unidos por el alma.
      Espero volver a escribir pronto sobre el tema.
      Un fuerte abrazo.

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