Quisiera unir mi sensibilidad a la de todos los artistas y ser capaz de expresarte con la ternura de una madre, mi cariño.
Con que tu mano diminuta me rozara, sería capaz de derretirme igual que cuando un hijo acaricia la cara de su padre.
Estoy tan enamorado de ti y tengo al mismo tiempo tal tristeza, que el amor y la pena de tu ausencia, me han robado ya el sueño muchos días. Eres la promesa más fragante y más fuerte, la criatura más hermosa y diminuta, capaz de abrir todo el color en un volcán de labios y de risa.
Me faltas mucho más de lo que crees. Y quisiera no fallarte porque sé que si te fallo, me pesará eternamente no tenerte. Por ti salgo a la calle y grito, por ti mando mis quejas a la prensa, por ti, por tu cariño, incluso le he escrito a la Ministra.
No puedo soportar que te me roben ni aún en sueños, porque después son tan negros los amaneceres, que no me quedan fuerzas para levantarme y seguir viviendo.
Soy un enamorado de la vida, seguro que ya lo has adivinado. Mi intención es que todos se fijen en ti, y en tu vida y no en la mía. Somos tan poco apasionados hoy en día, que va a ser un derecho que no nazcas. Hay que andar con pies de plomo hasta para decirle a un niño que le adoras. Yo me río de los puros de palabra, me carcajeo de los intransigentes de la lengua, pero capaces de ensangrentar el día, y llenar de negrura el vientre de una madre.
Yo escucho tu débil latido acompasando con el reloj del mundo. Quiero ver la picardía de tus ojos, y escuchar tu risa. Porque yo quiero verte. Quiero ver la ilusión dibujada en tu cara. Quiero que te dejen vivir, aunque no me conozcas. Se lo voy a pedir a tu madre de rodillas, o a tu padre, o a los dos. Ya puestos, no me importa llamar a cualquier puerta que tengan esa llave tan hermosa de la vida y del misterio. Suplicaré al de la bata blanca del quirófano. Arrancaré a quien proceda una amnistía. No puedo comprender que la posibilidad de que tu vivas dependa precisamente de tu madre. Porque no puede ser que estés viniendo y nunca llegues, que estemos a un paso, y no te vea. No puedo soportar un mundo sin tu luz y tu alegría.
Han dicho que estás vivo pero no eres humano. ¡No hagas caso!. Tu a lo tuyo. ¡Verás que saltos de gozo damos cuando vengas!. ¡Hay mucha ignorancia suelta!. Los poetas, soñadores del mañana, crean los valores más humanos. Son ellos los que cambian la escala de valores, y hasta el orden social. Hay un poeta en cada niño, en cada corazón de los abuelos, en la mira de las madres, en la ternura de los hombres, en el vuelo de las golondrinas y de las mariposas, en el canto de las aves y el temblor de las hojas de los árboles.
Te estamos esperando todos, incluso los verdugos. Voy a estar aguardando tu llegada, en el banco del parque que hay junto a tu casa. Somos muchos los que en el parque nos importan más los niños que el rumor de las fuentes. Tengo un poco de zozobra en el alma, por la incertidumbre, pero te escribo para darme ánimos, porque tu traes la primavera.
Me voy a sumar a los que van gritar al cielo, para que Abraham, el Poder, o el Parlamento detengan su mano antes de asestar el golpe, con su voto, capaz de matar a un niño..
Un beso amor, con toda la ternura. Que tengas un buen viaje.
Seré uno más de la manifestación, te lo prometo. Alguien a quien le importa tu primer derecho. Y que nadie tenga poder sobre tu vida.
Con que tu mano diminuta me rozara, sería capaz de derretirme igual que cuando un hijo acaricia la cara de su padre.
Estoy tan enamorado de ti y tengo al mismo tiempo tal tristeza, que el amor y la pena de tu ausencia, me han robado ya el sueño muchos días. Eres la promesa más fragante y más fuerte, la criatura más hermosa y diminuta, capaz de abrir todo el color en un volcán de labios y de risa.
Me faltas mucho más de lo que crees. Y quisiera no fallarte porque sé que si te fallo, me pesará eternamente no tenerte. Por ti salgo a la calle y grito, por ti mando mis quejas a la prensa, por ti, por tu cariño, incluso le he escrito a la Ministra.
No puedo soportar que te me roben ni aún en sueños, porque después son tan negros los amaneceres, que no me quedan fuerzas para levantarme y seguir viviendo.
Soy un enamorado de la vida, seguro que ya lo has adivinado. Mi intención es que todos se fijen en ti, y en tu vida y no en la mía. Somos tan poco apasionados hoy en día, que va a ser un derecho que no nazcas. Hay que andar con pies de plomo hasta para decirle a un niño que le adoras. Yo me río de los puros de palabra, me carcajeo de los intransigentes de la lengua, pero capaces de ensangrentar el día, y llenar de negrura el vientre de una madre.
Yo escucho tu débil latido acompasando con el reloj del mundo. Quiero ver la picardía de tus ojos, y escuchar tu risa. Porque yo quiero verte. Quiero ver la ilusión dibujada en tu cara. Quiero que te dejen vivir, aunque no me conozcas. Se lo voy a pedir a tu madre de rodillas, o a tu padre, o a los dos. Ya puestos, no me importa llamar a cualquier puerta que tengan esa llave tan hermosa de la vida y del misterio. Suplicaré al de la bata blanca del quirófano. Arrancaré a quien proceda una amnistía. No puedo comprender que la posibilidad de que tu vivas dependa precisamente de tu madre. Porque no puede ser que estés viniendo y nunca llegues, que estemos a un paso, y no te vea. No puedo soportar un mundo sin tu luz y tu alegría.
Han dicho que estás vivo pero no eres humano. ¡No hagas caso!. Tu a lo tuyo. ¡Verás que saltos de gozo damos cuando vengas!. ¡Hay mucha ignorancia suelta!. Los poetas, soñadores del mañana, crean los valores más humanos. Son ellos los que cambian la escala de valores, y hasta el orden social. Hay un poeta en cada niño, en cada corazón de los abuelos, en la mira de las madres, en la ternura de los hombres, en el vuelo de las golondrinas y de las mariposas, en el canto de las aves y el temblor de las hojas de los árboles.
Te estamos esperando todos, incluso los verdugos. Voy a estar aguardando tu llegada, en el banco del parque que hay junto a tu casa. Somos muchos los que en el parque nos importan más los niños que el rumor de las fuentes. Tengo un poco de zozobra en el alma, por la incertidumbre, pero te escribo para darme ánimos, porque tu traes la primavera.
Me voy a sumar a los que van gritar al cielo, para que Abraham, el Poder, o el Parlamento detengan su mano antes de asestar el golpe, con su voto, capaz de matar a un niño..
Un beso amor, con toda la ternura. Que tengas un buen viaje.
Seré uno más de la manifestación, te lo prometo. Alguien a quien le importa tu primer derecho. Y que nadie tenga poder sobre tu vida.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 22 de septiembre de 2009 y en EL DIA el 25 de septiembre de 2009
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