viernes, 9 de octubre de 2009

NO QUIERO




Hace algunos años, un amigo me regaló un disco titulado Fábrica de sueños. Inma, Anabel, Fran y Paco , dos parejas que habían recopilado una serie de textos a los que pusieron su música y su voz.
Una de las canciones tiene una letra popular, (Anónima), titulada: “No quiero”. Para quien no la conozca, recordaré que sus dos primeros versos dicen así: “No quiero que los besos se paguen, ni la sangre se venda, ni se compre la brisa..”
En un mundo en que todo se vende, y todo se compra, alguien, hace ya muchos años se plantó. ¡Basta!. ¡No quiero!.
Ahora, con el problema del aborto, y con la nueva ley se da una variante de la compra y de la venta. Es algo sutil, que se va a colar sin que nos demos cuenta. Se trata de obligarnos a todos, a financiar los abortos con nuestros impuestos. No se trata de quien lo quiera que pague los abortos. ¡Nos van a obligar a pagarlos, si no somos capaces de plantarnos!. No parece ni muy ético ni muy equitativo. “La igualdad en la riqueza debe consistir- como dice Rousseau- en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro ni ninguno tan pobre que se vea obligado a venderse”.
El aborto libre y gratuito, si se aprueba, tendremos algo que decir los ciudadanos y contribuyentes.
Recuerdo que hace muy poco la sociedad se echó a la calle para decirle al Gobierno que negociar con la banda terrorista:¡EN MI NOMBRE NO!.
Como consecuencia de otra polémica y otra reforma, en la Declaración de la Renta, se ha habilitado una casilla para que quien lo desee marque la de la IGLESIA o la de OTROS FINES SOCIALES. Me parece un procedimiento justo. ¿Por qué no aplicar un procedimiento similar en otros casos?.
Concretamente no parece justo, que quienes apoyan el derecho a la vida, tengan que financiar la muerte de un inocente. Sería mucho más justo que se habilitara una casilla y quien quiera que con su dinero que se pague a los señores de la muerte, pues que lo hagan. Pero que quienes no queramos apoyar esa iniciativa de muerte, se nos conceda la alternativa de apoyar a la mujer embarazada, y a las asociaciones Pro-Vida.
Entiendo que de no darse esa posibilidad, estaríamos en nuestro derecho, no solo a protestar o salir a la calle, sino a una insurrección fiscal. No quiero que con mi dinero se financie ni las clínicas abortivas, ni a quienes la practican. Quiero una alternativa de vida para mi dinero. La mujer embarazada que desea seguir con su embarazo, tiene por lo menos el mismo derecho que la que desea abortar. Quiero, con mi dinero, apoyar a LA FABRICA DE SUEÑOS. Y les aseguro que somos muchos quienes pensamos así. La marea roja de La Marcha por la Vida fue en esa dirección. Y quiero finalizar con el verso popular, de la canción que ha dado título a este escrito: "no quiero que me tapen la boca cuando digo: ¡no quiero!".
PUBLICADO en LA TRIBUNA el 18 de abril de 2009

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