sábado, 24 de octubre de 2009

EN LA PROXIMA, GIRAR A LA IZQUIERDA



Para aprobar las cuentas, el gobierno giró al centro. Los PGE, gracias a un sustancioso engrase a CC y PNV, de más de 100 millones de euros, van a ser aprobados.
Ahora, en la próxima ley, toca un giro hacia la izquierda. Y en la izquierda están frotándose las manos y preparando su estrategia. Saben que el gobierno con la mayoría minoritaria tendrá que girar a la izquierda para aprobar la Ley del aborto. ¡Ya le están esperando!.
A los grupos centristas y al ala moderada del PSOE, en el proyecto de ley le choca sobre todo, que una menor pueda abortar sin conocimiento o consentimiento de sus padres. Una posición respetable, pero un poco hipócrita, porque los padres sí son importantes y no se les debe ningunear nunca; pero hay que poner el interés en lo esencial: en el aborto, y en los plazos. Y ahí es donde la izquierda va a presentar la batalla.
La izquierda sabe que la adjudicación de plazos para abortar se fija a voluntad. Fijar los plazos para abortar en 14 semanas, en 9 o en 27, es pura dialéctica. Una vida cuando comienza, es un devenir creciente e interrumpido hasta su muerte. Fijar un plazo para poder deshacerse del feto obedece a criterios políticos no a fundamentos científicos. Igual que fijar la mayoría de edad en 18 años, en 16 o en 20. De hecho, en la actualidad se juega con la edad y se considera a un joven (él o ella) mayor con una edad u otra, según para qué (votar, comprar tabaco, o trabajar, por ejemplo).
Por eso los grupos proabortistas en general y concretamente ERC, IU e ICV quieren ampliar el primer plazo del aborto de las 14 hasta las 22 semanas. Es cierto, que un feto de 22 semanas es viable, es decir, puede vivir fuera del vientre de su madre. Pero esto no es más que un adelanto científico, porque hasta el siglo XX un ser tan pequeño e indefenso no podía sobrevivir. Eso no quiere decir que no estuviera completo o no tuviera vida. Como dice un proverbio chino: “el gorrión, a pesar de su pequeñez, tiene todas las vísceras”. El feto también. Las reproducciones que se han hecho de un feto de 12 semanas, y que han sido enviadas a todos y cada uno de nuestros congresistas, lo demuestran.
Presionan para que el gobierno no se deje influenciar por la calle. Saben que la rebelión cívica que contesta la Ley de AIDO, es muy grande, como lo puso en evidencia la manifestación del 17 de octubre en Madrid.
Y puestos a pedir, la izquierda quiere exigir al gobierno que subvencione todos los métodos anticonceptivos. Eso supondría según ellos, anualmente unos 100 millones de euros. Van a lo práctico. Más plazo, más aborto y más dinero.
De educación en valores, de llamamiento a la responsabilidad, y de escuchar a la sociedad, nada de nada, ni una palabra.
Y el gobierno empecinado, que hace bandera de progreso con esta ley, va a girar a la izquierda. Solos no pueden sacar adelante la ley. Una vez que se han metido en este berenjenal, no pueden cerrar los ojos, -han visto el rechazo de una mayoría de la sociedad-, pero van a seguir contra viento y marea (marea humana).
Lo mismo que cerraron filas defendiendo a Salgado en los PGE, aquí van a cerrar filas con la Ministra de Igualdad. No es la cordura ni el principio básico del derecho a la vida lo que los guían, sino el poder. Algunos, dentro de sus mismas filas, piensan que no son buenos tantos bandazos en tan poco tiempo. Son propios de un barco a la deriva. No sería extraño, ante tanta cerrazón, -que no sordera-, y ante este nuevo giro, esta vez hacia la izquierda, que se encuentren a la defensora de los "pajarillos". Ella -la conciencia- sabe que a pesar de su pequeñez, tienen todas las vísceras. Y si les dejan son capaces de cantar.
PUBLICADO en NUEVA ALCARRIA el 28-10-2009; EL DIA 2-11-09

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