En la guía o Programa de Educación para Jóvenes aparecen algunos datos interesantes, que se deberían tener en cuenta.
Los fines de semana se produce un cambio en el comportamiento de la sociedad. Este cambio afecta tanto a la juventud como a los padres de esa juventud, y al resto de la sociedad. El ocio nocturno, según los datos ofrecidos es para pensar.
Hay constancia de que al menos 300 jóvenes son atendidos en los hospitales por intoxicación etílica. Lógicamente, hay un número mucho mayor, que por no parecer tan grave, no llega a las clínicas, y son atendidos por los propios compañeros o son llevados a casa de sus padres. Tanto en un caso como en otro, suelen ser los compañeros quienes ayudan y tienen que tomar decisiones. Por eso se trata de hacer guías para ayudar a tomar una u otra decisión. Hay folletos sobre “actuación ante un coma etílico”, que enseñan cómo se debería actuar en estos caso.
El 48,6% de los jóvenes atendidos en Urgencias, son jóvenes entre 16 y 18 años que han consumido alcohol y/o drogas. Pero los jóvenes se están iniciando en la bebida mucho antes, desde los 11 años. Las mezclas (alcohol y otras sustancias ilegales) son particularmente dañinas, para quien realiza la ingesta y para quienes sin estar capacitados, tienen que tomar la decisión de ayudar en un caso de “intoxicación”, de “un puntillo”, o “un pedo”.
De ahí que muchos ayuntamientos y entidades particulares, comiencen a prestar una importancia especial a los Fines de Semana. No sólo para impedir el “botellón”, o para “ponerle un tampón al botellón”, sino para poner a disposición de los adolescentes, información sobre aspectos relacionados con la salud, programas de educación en “medio abierto”, “talleres alternativos de ocio y educación sexual”, y propuestas que “combinan la educación y el ocio”, “noches sin alcohol”, o cómo actuar en caso de “coma etílico”. Y en los meses de verano especialmente programa de actividades nocturnas dirigida a jóvenes de entre 11 y 30 años, que lleva por título “Esta Noche Toca”. Todas, y cada una a su manera, son intentos socio-culturales, de responder a una parte del problema: la bebida o la borrachera de los fines de semana.
La otra parte del problema es el sexo. En los fines de semana las relaciones sexuales hay que verlas con las premisas anteriores. Salvando honrosas excepciones, las estadísticas ofrecen un dato muy preocupante:“el 50% de los embarazos no deseados en estos tramos de población, se produce bajo la influencia del alcohol” y/o droga. Es decir que en contra de la campaña popularizada por Cruz Roja “Sexo con seso”, se produce un sexo y una promiscuidad en las peores condiciones. Si se llega al embarazo no deseado, es no solo porque no se hayan puesto los medios de prevención necesarios, posiblemente porque no existía la lucidez necesaria para ser capaz de ponerlos. El legítimo derecho a la diversión no puede concluir con el principio del derecho a la vida. La ofuscación nunca puede servir de justificación.
Se ha generalizado el mito de que beber alcohol los fines de semana no es perjudicial. Y El siguiente paso y mito es que el alcohol ayuda a ligar y favorece las relaciones sexuales.
Ni los educadores, ni los padres, hemos sido lo suficientemente sinceros, honestos y convincentes para enseñar a nuestros hijos que el alcohol favorece conductas despreocupadas, irresponsables y absurdas de consecuencias imprevisibles. Es más, impide gozar plenamente de una relación sexual y afectiva. El alcohol no daña igual a varones y mujeres. En igualdad de consumo daña más a las mujeres. Pero es que además es una puerta de escape para la irresponsabilidad de los más irresponsables.
Ante los casos de bebida excesiva, con o sin llegar al “coma etílico”, igual que en el caso de las relaciones sexuales, con o sin “embarazo no deseado”, ¿cómo afrontamos los padres los fines de semana de nuestros hijos?. Porque menores de edad o no, mientras estén en nuestra casa, algo tendríamos que decir, ¿o no?. Y sería muy deseable tener ideas claras, y hablar antes con ellos. En todo caso, estar nosotros preparados para ayudarles, en una u otra situación. No nos engañemos, si no los hemos formado antes, el fin de semana de ellos es el principio de nuestra responsabilidad.
La sociedad en general les mira con lupa, pero también nos interroga. El fin de semana no puede servir para saltar la barrera de todos los principios, o servir para tirar por la borda el paciente trabajo que hemos ido inculcando a nuestros hijos.
El fin de semana de nuestros hijos es también el principio de la responsabilidad de nuestras autoridades sanitarias, políticas y policiales.
El fin de semana es cuando se puede comenzar a valorar la responsabilidad de todos. No ayudamos a resolver el problema si en lugar de asumir nuestra cuota nos evadimos echando la culpa a los otros.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES el 5 de junio de 2009, en EL DIA el 7 de junio de 2009, en NOTICIAS el 12 de junio de 2009, y en NUEVA ALCARRIA el 15 de junio de 2009
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