miércoles, 7 de octubre de 2009

UNA FABULA, PARA ENTENDERNOS


En una caricatura de Borja Montoro aparecen dos mujeres eembarazadas. La una lleva una camiseta morada con las palabras “nosotras parimos, nosotras decidimos”. La otra lleva puesta la camiseta roja con el corazón y el lema: Derecho a vivir. El feto de la primera le dice al de la segunda “tú y yo deberíamos ser iguales en derechos”. A lo que responde el otro feto: “No te preocupes, para eso hay un ministerio de igualdad, ¿no...?”.
Los humoristas en general, y los gráficos en particular tienen la virtud de coger al vuelo el debate de la calle, y resumirlo con cuatro rasgos.
Si no fuera por lo dramático parecería un sarcasmo, pero éste y no otro es el debate de la calle. El Ministerio de Igualdad, ¿no está para hacer que todos gocemos de los mismos derechos?. Pero de los derechos humanos lo primero, porque todos los demás derechos se basan en el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Y son básicos porque están en la base y desde el origen. Y estos derechos los tenemos todos.
Y el “chiste”, viene a cuento, porque la Ministra de Igualdad, ha dicho que hay un «conflicto de intereses entre la madre y el no nacido».
Las palabras de la Ministra de Igualdad me recordaron inmediatamente la fábula de El lobo y el cordero en el arroyo, de Fedro, otro genio, que hizo, hace siglos, una caricatura de un conflicto, muy comprensible y actual.
Las fábulas se comentan solas, no hay más que recordarla:

El lobo y el cordero, sedientos,/ llegaron al mismo arroyo.
El lobo estaba aguas arriba/ más abajo el cordero.
El lobo, movido por su voracidad desenfrenada, /buscó un pretexto para discutir. “¿Por qué enturbias el agua que bebo?”
El cordero, atemorizado, dijo:
“Perdona, lobo, pero ¿cómo puedo hacerte eso, /si el agua que yo bebo me llega desde tu sitio?
Entonces, desmentido por la evidencia, atacó:/ “Hace seis meses hablaste mal de mi”.

Y el cordero constó:/“pero si entonces aún no había nacido”...

Además , “tu padre, por Hércules, habló mal de mi”.
Y diciendo esto lo agarró y , contra todo derecho, lo descuartizó.

Es así como acaba “el conflicto” :”Contra todo derecho”. El feto no plantea el conflicto, del que habla la Ministra. Quien supuestamente lo plantea, tiene todas las de ganar, y si falla con el primer argumento planteará otro, y si ese también falla buscará uno más, hasta que sea definitivo. “ Contra todo derecho“ terminará usando la fuerza: “lo descuartizó”.

Ahora bien, ni el número de determinados crímenes, ni el que algunos sean en especial lamentables o repugnantes, pueden rectificar ni el derecho ni los códigos. Pero no cabe duda que la moral privada influye y es influida por la pública; la relajación de los principios y la crisis de valores también. ¿Puede la familia y la sociedad rearmarse y recuperar sus valores y sus derechos?. La respuesta la tenemos cada uno, es decir , es algo personal. Esta cuestión no puede dejar indiferente a nadie.
PUBLICADO en EL DIA el 19 de abril de 2009, y en LA TRIBUNA el 20 de abril de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario