Adelantándose a los acontecimientos de la próxima semana, que supondrá de hecho el ocaso de la hegemonía nacionalista, titulaba ABC “La generación de la escolta toma el poder en el país vasco”.
Según el rotativo “la sociedad vasca vivirá esta semana su mayor cambio en tres décadas”. Y ello será posible gracias al acuerdo de los grandes partidos nacionales. “Nuestro acuerdo está basado en temas prepolíticos, que no se debatirían en lugares normales”, dice Borja Spemper del PP.
El título que yo he escogido para encabezar este escrito es bien diferente. La generación de la escolta llega al poder, pero la de los desaparecidos no ha votado . Es verdad, lamentablemente, que ETA durante este tiempo, en el país vasco y en otros muchos lugares asesinó, amenazó y obligó a salir y a emigrar a mucha personas bien nacidas. ¡Siempre tendrán un recuerdo en nuestra memoria!.
Pero hubiera sido bueno que los dos grandes partidos hubiesen llegado también a acuerdos prepolíticos, que no se debaten en lugares normales sobre los amenazados y desaparecidos. Me refiero a la generación de los no nacidos, de los que primero se vieron amenazados por la tercera ventana de la legislación sobre el aborto y luego les empujados literalmente al vacío.
Al amparo de la legalidad de esa ventana, han sido tantos los que no han podido ver la luz, ni tener un nombre, ni recibir un beso, ni acariciar a nadie, que hoy se les puede llamar, “la generación perdida” la “generación de los desaparecidos”.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la manipulación de la historia en algunos lugares, pero nada se dice de que en democracia se ha escrito uno de los capítulos más negros en toda España. Todos sabemos que ha sido así. Basta multiplicar los más de 100.000 abortos anuales por el número de años que lleva la actual legislación en vigor. ¿Quién ha alzado la voz?. ¿Quién ha prestado la voz a tanto ser humano al que han quitado no solo la palabra, sino también la vida?. No se han manipulado los mapas, o tal vez sí... pero es mucho más grave que se haya borrado del mapa a toda una generación. Un nombre cambiado en una mapa, puede corregirse. Pero los miles de seres “borrados de la historia”, no eran una errata que pueda corregirse con un poco de cordura al llegar al poder otros políticos. ¡Nadie les devolverá la vida!
Precisamente ahora se ha puesto en marcha gracias a Hazte Oír, la CARAVANA DE LA VIDA. Unos BUSES con el anagrama de Derecho a Vivir, van a partir de Madrid y recorrer hasta 60 ciudades españolas. Es como si la sociedad civil hubiera tomado conciencia y se pusiera en marcha para gritar en cada rincón de España. No quiere ya mas muertes de seres indefensos. La sociedad civil quiere que se respete el derecho a la vida, no sólo en las guerras, no sólo entre los desplazados, no sólo de los prisioneros, no sólo de los que tienen que llevar escolta...no sólo de palabra, ni sólo por escrito....sino en la práctica, de los que están en camino en el vientre de su madre.
Que los grandes partidos lleguen a un acuerdo “prepolítico” de que se trata, no de un grano, ni de un cáncer, sino pura y simplemente de seres humanos. Tendrá que debatirse en la calle, acaso a eso llamen “lugares normales”. LLegará el BUS como un grito porque una generación ha desaparecido, la han hecho desaparecer ante los ojos atónitos de quienes mirando hacia otro lado han guardado el silencio de los corderos.
Según el rotativo “la sociedad vasca vivirá esta semana su mayor cambio en tres décadas”. Y ello será posible gracias al acuerdo de los grandes partidos nacionales. “Nuestro acuerdo está basado en temas prepolíticos, que no se debatirían en lugares normales”, dice Borja Spemper del PP.
El título que yo he escogido para encabezar este escrito es bien diferente. La generación de la escolta llega al poder, pero la de los desaparecidos no ha votado . Es verdad, lamentablemente, que ETA durante este tiempo, en el país vasco y en otros muchos lugares asesinó, amenazó y obligó a salir y a emigrar a mucha personas bien nacidas. ¡Siempre tendrán un recuerdo en nuestra memoria!.
Pero hubiera sido bueno que los dos grandes partidos hubiesen llegado también a acuerdos prepolíticos, que no se debaten en lugares normales sobre los amenazados y desaparecidos. Me refiero a la generación de los no nacidos, de los que primero se vieron amenazados por la tercera ventana de la legislación sobre el aborto y luego les empujados literalmente al vacío.
Al amparo de la legalidad de esa ventana, han sido tantos los que no han podido ver la luz, ni tener un nombre, ni recibir un beso, ni acariciar a nadie, que hoy se les puede llamar, “la generación perdida” la “generación de los desaparecidos”.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la manipulación de la historia en algunos lugares, pero nada se dice de que en democracia se ha escrito uno de los capítulos más negros en toda España. Todos sabemos que ha sido así. Basta multiplicar los más de 100.000 abortos anuales por el número de años que lleva la actual legislación en vigor. ¿Quién ha alzado la voz?. ¿Quién ha prestado la voz a tanto ser humano al que han quitado no solo la palabra, sino también la vida?. No se han manipulado los mapas, o tal vez sí... pero es mucho más grave que se haya borrado del mapa a toda una generación. Un nombre cambiado en una mapa, puede corregirse. Pero los miles de seres “borrados de la historia”, no eran una errata que pueda corregirse con un poco de cordura al llegar al poder otros políticos. ¡Nadie les devolverá la vida!
Precisamente ahora se ha puesto en marcha gracias a Hazte Oír, la CARAVANA DE LA VIDA. Unos BUSES con el anagrama de Derecho a Vivir, van a partir de Madrid y recorrer hasta 60 ciudades españolas. Es como si la sociedad civil hubiera tomado conciencia y se pusiera en marcha para gritar en cada rincón de España. No quiere ya mas muertes de seres indefensos. La sociedad civil quiere que se respete el derecho a la vida, no sólo en las guerras, no sólo entre los desplazados, no sólo de los prisioneros, no sólo de los que tienen que llevar escolta...no sólo de palabra, ni sólo por escrito....sino en la práctica, de los que están en camino en el vientre de su madre.
Que los grandes partidos lleguen a un acuerdo “prepolítico” de que se trata, no de un grano, ni de un cáncer, sino pura y simplemente de seres humanos. Tendrá que debatirse en la calle, acaso a eso llamen “lugares normales”. LLegará el BUS como un grito porque una generación ha desaparecido, la han hecho desaparecer ante los ojos atónitos de quienes mirando hacia otro lado han guardado el silencio de los corderos.
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